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Minggu, 17 Januari 2010

EL MOVIMIENTO MODERNO EN SEVILLA

| Minggu, 17 Januari 2010 | 0 komentar

LA VANGUARDIA IMPOSIBLE


Polemizaba el otro día con un colega sobre el desarrollo de la arquitectura en Sevilla durante la primera mitad del siglo XX. Mientras él valoraba la calidad artística de muchos de los edificios levantados con ocasión de la celebración de la Exposición Iberoamericana de 1929 yo me lamentaba de que este hecho, junto con la preponderancia de mentalidades arcaizantes en la ciudad, había tenido como efecto que apenas existiesen en ella edificios que expresasen plasticamente las ideas de la arquitectura de vanguardia de la época.

José Luis Sert: "Casa Duclós" (1930). Sevilla.

En efecto aquella exposición significó en Sevilla el triunfo de una arquitectura regionalista que miraba con verdadera nostalgia al pasado de la ciudad, tratando de articular un falso estilo sevillano que tomaba como referencias (sobre todo en la piel exterior del edificio y más que en otro lugar en la fachada), los grandes monumentos de otras épocas, dando así origen a esas abundantes construcciones neo que distinguen la arquitectura hispalense de los primeros años del siglo XX: neomudéjar, neogótico, neorrenacentista. Nada novedoso había pues en esa arquitectura regionalista, tradicional incluso en la tendencia a recurrir a los viejos oficios artesanales para completar el ornato del edificio.


Todo esto ocurría mientras en Europa comenzaban a extenderse los planteamientos de la arquitectura de vanguardia, las propuestas del Movimiento Moderno, ya fuera a través de los postulados de Le Corbusier o de las novedosas ideas de la Bauhaus. En definitiva, ni siquiera se dio una verdadera polémica regionalismo versus racionalismo, porque el triunfo de la primera corriente fue, desde todo punto de vista, verdaderamente aplastante, como fiel reflejo de las mentalidades predominantes en una ciudad como Sevilla, tan volcada a un pasado que se consideraba a la vez grandioso y pintoresco.

Superior: Gabriel Lupiáñez y Aurelio Gómez Millán: "Mercado de abastos de la Puerta de la Carne" (1928-30). Sevilla. Inferior: detalle del edificio en la actualidad.


Ello no obstante, sí que hubo algunos intentos aislados de introducir en la ciudad las nuevas tendencias arquitectónicas, pero el ambiente conservador explica que estas primeras propuestas del Movimiento Moderno surjan fundamentalmente en edificios de carácter industrial o, hasta cierto punto, secundarios, tales como los silos de hulla de la fábrica de gas (1911), algunos de los tinglados portuarios del Muelle de las Delicias (1925-28, (obra del ingeniero José Luis de Casso) o el mercado de la Puerta de la Carne (1928-30, proyectado por los arquitectos Gabriel Lupiáñez y Aurelio Gómez Millán). El uso del hormigón armado para obtener grandes espacios sería una de las notas más distintivas de estas dos últimas construcciones. Por otro lado, y en lo que a la vivienda se refiere, las intervenciones de la nueva arquitectura van a ser siempre puntuales, dando como resultado edificios encorsetados entre otros de diversos estilos, según la disposición del parcelario. Todo ello explica el empleo de la expresión vanguardia imposible para definir estas primeras realizaciones de los primeros treinta años del siglo XX.

José Luis Sert: "Casa Duclós" (1930). Sevilla. Derecha: detalle de la escalera.


Sin embargo, en 1930 se levanta en la ciudad una de las más emblemáticas obras del Movimiento Moderno en España: la casa Duclós, según proyecto del arquitecto catalán José Luis Sert (1902-1983) quien tras finalizar sus estudios se trasladó a París, donde acabaría conociendo a Le Corbusier, con quien llegó a colaborar durante algún tiempo. Cuando Sert regresa a España  en 1930 proyecta este edificio (prácticamente su primera obra) para unos familiares suyos que residían en Sevilla. Se trata de una vivienda unifamiliar, levantada en el barrio de Nervión, que consta de dos plantas más sótano-garaje y terraza, disponiendo de un jardín trasero. La vivienda posee una estructura de hierro forrada en hormigón y su fachada muestra la influencia de Le Corbusier en la disposición y amplitud de los vanos apaisados. Son igualmente características la tendencia a la sencillez y la pureza de las líneas.

 Izquierda: Casa Duclós, vista trasera. Derecha: Antonio Delgado Roig y Juan Talavera y Heredia: "Casa Lastrucci" (1934-35). Sevilla.

La casa Duclós quedaba en Sevilla como un ejemplo aislado (y, por cierto, muy olvidado) de las propuestas  de la arquitectura racionalista en una ciudad que poco después vería la proclamación de la II República. Fueron ésos años en los que tales planteamientos encontraron aplicación en el amplio programa de construcciones escolares que la república llevó a cabo. De ese mismo periodo son interesantes también la casa Lastrucci, enclavada en pleno centro histórico y obra de Antonio Delgado Roig y  Juan Talavera y Heredia, un arquitecto regionalista reconvertido en este caso a los presupuestos estéticos de la modernidad.

Inferior. Izquierda: Gabriel Lupiáñez y Rafael Arévalo: "Edificio Cabo Persianas" (1938). Sevilla. Derecha: OTAISA: "Universidad Laboral" (1945-55). Sevilla. (Actual Universidad Pablo de Olavide).


Pasados los años republicanos, incluso la dictadura franquista, con su tendencia a la arquitectura grandilocuente, no pudo impedir que poco a poco y aquí y allá fuera creciendo la nómina de construcciones asociadas al racionalismo. Buen ejemplo de ello es el conocido edificio del Cabo Persianas, finalizado en 1938. Es más: podríamos decir que la primera mitad del siglo XX se cerró con una situación paradójica. Cuando el franquismo quiso concretar su ideario respecto a la formación de los obreros llevó a cabo un programa de construcción de universidades laborales. No deja de ser llamativo que la levantada en una urbe tan tradicional como Sevilla, si bien alejada del propio recinto de la ciudad, respondiese con rotundidad a los planteamientos de Movimiento Moderno. ¿Quién podría negar la belleza y funcionalidad de este tipo de edificios?

En el blog Sevilla siglo XX hallará el lector informaciones puntuales sobre los diferentes edificios que aquí se han citado. Además, el número 15 (1996) de la revista "PH Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico" dedicó una serie de artículos al tema que hemos analizado. Pueden leerse mediante suscripción. Ved también esta ficha sobre la Casa Duclós, desde la que se enlaza a otros edificios sevillanos de Movimiento Moderno.

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Selasa, 01 Desember 2009

LAKE SHORE DRIVE APARTMENTS

| Selasa, 01 Desember 2009 | 0 komentar

LAS "TORRES GEMELAS" DE CHICAGO


En 1938 el arquitecto Ludwig Mies van der Rohe (1886-1969) abandona Alemania, su país natal, y se dispone a instalarse en los Estados Unidos. Deja atrás no sólo sus años de dirección de la Bauhaus, sino el infierno en el que se está conviertiendo un estado que lleva ya casi seis años dirigido por Adolfo Hitler y el partido nacional- socialista. El prestigioso arquitecto fija su residencia en Chicago, donde acabará poco después dirigiendo la Escuela de Arquitectura, labor que combina en su propio estudio con la elaboración de diversos proyectos y la construción de varios edificios que hacen hoy de aquella ciudad un verdadero museo al aire libre al que deben (debemos) acudir todos los amantes de la obra del genial arquitecto alemán.


Pasados los años de la Segunda Guerra Mundial el ritmo de trabajo de Mies se acelera, al tiempo que se incrementan exponencialmente su fama y su prestigio profesional. De este modo, en 1948 recibe un nuevo encargo en Chicago: la construcción de dos torres de apartamentos justo delante de la autopista (Lake Shore Drive) que bordea el lago Michigan, al que se asoma la ciudad. En esta ocasión, y basándose en la experiencia acumulada en proyectos anteriores, Mies diseña un conjunto que supone la verdadera consagración del denominado "estilo internacional", aplicando los principios del racionalismo y su conocida filosofía de menos es más. Un ejercicio de minimalismo arquitectónico que culminará más tarde en el famosísimo Seagram Building de Nueva York (1958).


En efecto, la concepción de estos Lake Shore Drive Apartments de Chicago es innovadora en muchos sentidos. Se trata de dos torres gemelas, ya que poseen la misma altura (82,3 metros) y poseen el mismo número de pisos (26) estando además dstinadas al mismo uso: residencias particulares. No obstante, el arquitecto distribuyó los espacios interiores de distinta manera, de forma que el número de apartamentos resultantes fuese distinto en cada torre, conocidas en las ciudad como "glass houses". Además, en un ejercicio de puro estilismo (recordemos el retranqueo del Seagram Building respecto a los demás edificios de su avenida) Mies dispuso las torres de manera perpendicular una respecto a la otra y creó junto a ambas un espacio, a modo de plaza, pavimentado originariamente con travertino.

Pero lo que hace verdaderamente interesantes a estas torres gemelas es su propia estructura, establecida a base de una retícula de sustentación levantada en acero de color negro, según un módulo constante de 6,4 metros (21 pies). El cierre exterior se realiza empleando exclusivamente cristal, de forma que tenemos aquí la plasmación del muro cortina, sin función sustentante alguna, que tanto define a la arquitectura contemporánea. Y no hay más nada, porque más nada es necesario; ningún elemento complementario  o decorativo, lo que por otra parte hace al conjunto completamente acorde con la rigurosa normativa anti-incendios de Chicago, desarollada a partir del gran fuego que arrasó la ciudad en 1871. Vemos  aquí la pura funcionalidad de unos edificios en los que se busca que la luz natural alcance a todos los espacios interiores.

La construcción del conjunto llegó a su térmno en 1951, casi tres años después de que hubiesen comenzado las obras. En un primer momento las torres no recibieron ni el aplauso de la crítica ni el del público. Sin embargo, en pocos años estos edificios (que hoy pueden parecernos de mediana altura) alcanzaron el valor de prototipo del rascacielos de acero y cristal. Quizás porque sólo eso poseían, la piel y huesos a los que solía referirse Mies, situación en la que la estructura visible exteriormente se corresponde con la interior. En fin, el propio arquitecto concretó aquí su idea de los que debía ser un edificio moderno y eso que, como él afirmaba de sí mismo "no tenía ninguna enseñanza de arquitectura convencional; trabajé con unos pocos arquitectos buenos, leí algunos libros buenos y eso es todo". Humildad. Minimalismo.

Sobre las torres gemelas de Chicago podéis leer, en español, la información que se contiene en esta Wiki de arquitectura. Ya en inglés, os recomiendo consultar esta Web  y esta página, donde se presentan algunas fotos y otras obras de Mies. Interesantes fotos aéreas en Greatbuildings.

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Jumat, 29 Mei 2009

LA FÁBRICA DE TURBINAS AEG

| Jumat, 29 Mei 2009 | 0 komentar

PETER BEHRENS Y EL PROTORRACIONALISMO

No, no estamos haciendo publicidad a ninguna empresa industrial, aunque pudiera parecerlo. Vamos a escribir de arquitectura y además de la de primera calidad. Podemos comenzar citando este nombre: Peter Behrens. Probablemente a muchos no les resulte conocido. Es indudable que no alcanza la fama de otros grandes arquitectos del siglo XX, como Walter Gropius, Mies van der Rohe o Le Corbusier. Los grandes genios. Sin embargo los tres tuvieron, entre otras, una cosa en común: todos ellos fueron discípulos de Peter Behrens y colaboraron con él en su estudio.

Así que podemos empezar a tomarnos en serio el nombre de Peter Behrens (1868-1940), un arquitecto que puede encuadrarse en los mismos orígenes del movimiento racionalista, dentro de ese reducido elenco de autores que constituyeron, sin formar grupo, el llamado protorracionalismo: el propio Behrens en Alemania, Adolf Loos y Josef Hoffmann en Austria o Auguste Perret en Francia, sin que nos olvidemos de las aportaciones de Henrik Petrus Berlage en Holanda. La búqueda de grandes espacios de concepción geométrica, el empleo del hormigón armado, la huida de los elementos decorativos o la tendencia a la simplificación de las formas son características de este grupo de arquitectos que nunca trabajó como tal.

Todos esos elementos están bien presentes en la fábrica de turbinas que Peter Behrens levantó en Berlín para la empresa AEG en 1909. Tratándose de turbinas... rebobinemos. Siendo como son las turbinas motores de gran tamaño, su fabricación industrial requiere espacios adecuados para ello. Así que el arquitecto diseñó un edificio de planta rectangular, muy alargada, que alcanza los 207 metros de longitud, para que en ellos pueda desarrollarse en línea toda la cadena de trabajo. Un espacio industrial, en definitiva, de esos que ahora resultan quizás tan abundantes en las periferias de nuestras grandes ciudades. Pero estamos hablando de 1909 y este edificio resultó completamente novedoso por la sencillez de su planteamiento y la eficacia de su diseño.

Behrens no pensó únicamente en las necesidades industriales de la empresa. Trató de atender también al confort de quienes habrían de trabajar en sus instalaciones. Ello explica el recurso al acristalamiento de las paredes laterales, lo que facilitaba también la aireación del interior. Incluso para llevar hasta allí más luz, toda la cubierta se resuelve a base de grandes cerchas metálicas, a modo de arcos diafragmas, que descargan directamente en el exterior y sostienen una amplísima montera de cristal e hierro. Tan sólo en las esquinas del edificio el arquitecto recurrió al empleo del hormigón armado, sin más decoración que las líneas que marcan las hiladas del encofrado, material que también usa en los hastiales superiores para componer una especie de singular frontón en el que figura el logo de la empresa. En un lateral queda el espacio dedicado a oficinas. Y no hay más nada, ni nada menos: el modelo de nave industrial en su estado perfecto.




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Pero Behrens no se conformó con el proyecto del edificio industrial, por mucho que su diseño marcase un hito en lo que a la concepción de espacios fabriles se refiere. Para la misma empresa alemana construyó también las viviendas de los obreros de la fábrica. Y no contento con ello, diseñó diversas piezas del mobiliario, desde relojes a máquinas de café, lámparas o ceniceros. Toda una concepción integral de la imagen corporativa. Behrens estaba trabajando a comienzos del siglo XX. Hoy habríamos dicho que era un arquitecto-diseñador.
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Toda una saga de arquitectos apellidados Behrens está recogida en esta página en alemán, con muy buenas ilustraciones. Podéis obtener más información (en español) en esta CityWiki dedicada a la arquitectura.

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Jumat, 22 Mei 2009

LA CASA SCHRÖDER

| Jumat, 22 Mei 2009 | 0 komentar

NEOPLASTICISMO Y ELEMENTARISMO

Pocas veces sucede que un edificio de pequeñas dimensiones acabe incluido en la lista del Patrimonio Mundial elaborada por la UNESCO. Se supone que para ello la obra ha de tener unos valores trascendentales; que sea un verdadero icono representativo de las formas constructivas de una determinada época. Todos esos requisitos los cumple con creces esta pequeña vivienda, hoy convertida (claro está) en museo: la Casa Schröder, levantada en 1924 por Gerrit Thomas Rietveld (1888-1964) en la ciudad holandesa de Utrech. Desde el año 2000 la citada organización de la ONU a incluido este edificio en su lista. No podía ser de otra manera.

Al visitante poco atento, esta pequeña casa con sólo tres fachadas (pues está adosada por uno de sus lados a otro edificio) podría pasarle desapercibida. Sin embargo, cualquier amante del arte y de la arquitectura reconoce en ella, a primera vista, los valores del movimiento moderno, conforme los interpretaba en Holanda el grupo De Stijl (El Estilo) en el que por aquellos años participaba Rietveld. Unos valores basados en el absoluto predominio de la línea recta, en la pureza de los volúmenes, en la simplicidad de las formas y en entender como superfluos los elementos decorativos, salvo el empleo de colores puros (sobre todo blanco y negro). En definitiva, un racionalismo absolutamente formal que busca la reducción de costes y la completa funcionalidad de la construcción. Los planteamientos artísticos del grupo fueron sintetizados en diversos manifiestos suscritos por Theo van Doesburg, Piet Mondrian y otros artistas. Alentaba en ellos la idea básica de que "el fin de la naturaleza es el hombre y el fin del hombre es el estilo", entendido éste como la aplicación de la razón de forma que el edificio integre las diversas artes.






















De todo ello da cumplida cuenta esta pequeña casa cuya historia es, en sí misma interesante. Responde al deseo de una mujer, Truus Schröder, que al enviudar y viéndose con tres hijos solicitó a Rietveld la construcción de una nueva vivienda familiar más pequeña de la que disponía hasta el momento, aportando ella misma algunas de las ideas básicas del proyecto, sobre todo las relativas a la distribución interior de los espacios. Interpretando los deseos de su cliente, el arquitecto construyó un edificio en el que predominan el ladrillo revestido, el cristal y el acero y que ha quedado como la más insigne muestra del neoplasticismo arquitectónico.

La casa Schröder cuenta con dos plantas y podría describirse como un prisma de lados asimétricos, en el que se entrecruzan planos horizontales y verticales. En la planta baja se localiza una serie de dependencias comunes (cocina, comedor, aseo y estudio), mientras que la superior presenta un esquema de planta libre y se reserva para los dormitorios, separados no por tabiques, sino por paneles deslizantes. Rietveld diseñó también muchos de los muebles de esta vivienda que se proyecta al exterior mediante dos balcones y una amplia galería acristalada. De igual modo, el arquitecto, siguiendo las reglas neoplasticistas, se preocupó de la pintura interior y exterior, aplicando diversos colores en las distintas zonas y colocó esas vigas de acero en rojo, azul y amarillo, que dan una acusada personalidad a la casa y nos hacen recordar los cuadros extrictamente geométricos de Mondrian.

Cuando miro fotos de esta casa me sorprende siempre como, pese a ser un conjunto único, Rietveld consiguió que cada uno de los elementos tuviese por separado una acusada personalidad, como si cada línea y cada volumen se explicasen por sí mismos. En ocasiones se emplea, para el neoplasticismo la denominación de elementarismo, por la acusada simplicidad que plantea en las formas. El término me parece adecuado para esta construcción, siempre que se admita, al mismo tiempo, que en la simplicidad también puede estar el lujo. Genialidad.

La casa Schröder tiene su propia página Web, en inglés y holandés. Más información sobre esta vivienda tan especial en esta página italiana y en esta otra española. Acabamos con esta otra página que nos ofrece una vista panorámica del edificio.

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Minggu, 19 April 2009

FLATIRON BUILDING

| Minggu, 19 April 2009 | 0 komentar

UN VETERANO RASCACIELOS DE NUEVA YORK


Muy probablemente el rascacielos pudiera ser considerado como el edificio más característico del siglo XX: un prisma que se eleva en altura... hasta límites que aún parece que no se han alcanzado. Precisamente, el prisma de base rectangular o cuadrada suele ser la forma más habitual de esas construcciones que tratan de ganar espacio en vertical. Sin embargo, no es esa la forma de uno de los rascacielos más antiguos de Nueva York. Me refiero al denominado Flatiron Building, enclavado en una estratégica parcela, justo en el encuentro de la Quinta Avenida con la calle Broadway.

Fue la forma de esa parcela, aproximadamente un triángulo rectángulo, la que explica la original planta del edificio, al que se le dio inicialmente el nombre de Fuller Building, por la empresa constructora y, al mismo tiempo, propietaria. Pero los neoyorquinos apodaron rápidamente al rascacielos con el nombre de Flatiron (plancha), porque su traza evocaba los aparatos de planchar de la época. Pero, más que la anécdota, lo que nos interesa de este edificio son las novedades que aporta, además de su planta ya de por sí misma original. El responsable de las trazas fue el arquitecto Daniel Hudson Burnham (1846-1912) quien, aunque nacido en el estado de Nueva York, había crecido y estudiado en Chicago, ciudad en la que inició su profesión en el círculo de William Le Baron Jenney, el creador de la denominada escuela de arquitectura de Chicago, de la que Burnham acabaría siendo uno de sus más destacados representantes.

Siguiendo los novedosos planteamientos de esa corriente arquitectónica, a la búsqueda de la verticalidad de los edificios, Burnham diseñó una construcción basada en un esqueleto de acero recubierto de piedra y ladrillo y con elementos decorativos tallados en la piedra de las fachadas. Es precisamente esa estructura la que permitió al arquitecto elevar el edificio hasta los 87 metros de altura, distribuidos en un total de 22 plantas (contando la azotea superior), con la singularidad de que en su lado más estrecho la obra no alcanza más de dos metros de longitud.

Pero igualmente llamativo resulta el "programa decorativo" que Burnham estableció en la construcción, verticalmente dividida en tres niveles que quedan visualmente bien definidos por dos amplias bandas decoradas con relieves, a modo de frisos bajo cornisas que se prolongan en los paramentos de la planta inmediatamente inferior. Toda esta decoración constituye un buen ejemplo de lo que en Estados Unidos denominan "estilo Bellas Artes", que no es otra cosa que una adaptación de los modelos historicistas que en la época de su construcción estaban triunfando en Europa. En este caso, la ornamentación del Flatiron nos remonta al Renacimiento y nos muestra una amplia variedad de temas, trabajados en relieve sobre piedra: motivos vegetales y animales, tondos circulares, roleos y cartelas diversas. Una cierta exhuberancia decorativa que contrasta con la austeridad característica en otros edificios de la misma escuela arquitectónica.

Cuando el edificio se terminó en 1902 los neoyorquinos comentaban con cierta sorna que la propia forma de la construcción contribuiría a crear fuertes corrientes de aire que acabarían por derribarlo. Han pasado más de cien años desde entonces pero, hace unos días pude comprobar de manera directa cómo es bien cierto que en la esquina del Flatiron Building el aire circulaba a unaa velocidad bien distinta de lo que sucedía unos centenares de metros antes. Sin embargo, con corrientes y todo, amén de algunos terremotos, el edificio se ha mantenido prácticamente inalterable hasta convertirse en uno de los hitos más característicos del paisaje urbano de Nueva York: una sólida construcción. Arquitectura moderna.
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Más información sobre el Flatiron Building en esta Web dedicada a la arquitectura neoyorquina y en este artículo de ABC. Ved más fotos en esta página. Gracias a D.C. por el hermoso contrapicado del edificio.

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Kamis, 12 Maret 2009

WEISSENHOF

| Kamis, 12 Maret 2009 | 0 komentar

UN EXPERIMENTO ARQUITECTÓNICO

En el año 1927 una asociación de arquitectos alemanes llevó a cabo una acción completamente original. Sus miembros estaban interesados en difundir las nuevas corrientes que desde comienzos de siglo venían transformando lentamente la práctica constructiva, al socaire de las novedades aportadas por la segunda revolución industrial (en forma de nuevos materiales para la edificación) y de unas nuevas mentalidades y concepciones estéticas.

Plano de conjunto de Weissenhof y viviendas conservadas en su estado original.

La acción a la que nos referimos consistió en realizar una exposición de las citadas novedades agrupándolas en un conjunto de viviendas que fueron encargadas a 16 arquitectos europeos, bajo la coordinación del alemán Mies van der Rohe. Y así fue como surgió la Colonia Wissenhof en las proximidades de la ciudad de Sttutgart, aprovechando que su ayuntamiento tenía registrada la existencia de un déficit de viviendas en el municipio. Por ello, el consistorio no tuvo reparos en ceder provisionalmente a la asociación un terreno de su propiedad en lo alto de una colina, financiando además las edificaciones, con la única condición de que, concluida la exposición seis meses después, las viviendas reverterían al municipio, que las alquilaría a vecinos de la localidad.

Inferior: viviendas diseñadas por Le Corbusier.

De este modo, esa exposicón de seis meses, programada bajo el significativo título de "la vivienda", posibilitó llevar a cabo un amplio experimiento arquitectónico, traducido en la construcción de 33 viviendas con un total de 63 apartamentos. Entre el grupo de arquitectos participantes, en su mayoría jóvenes y progresistas, había representadas cinco nacionalidades diferentes (Alemania, Austria, Francia, Bélgica y Holanda), pero unidas en este caso por el común denominador de llevar una profunda renovación a la arquitectura, tanto en el empleo de nuevas formas como en el uso de materiales novedosos. Además de Mies van der Rohe, nombres tan destacados como Walter Gropius (en aquellos momentos, director aún de la Bauhaus), Le Corbusier, J. J. P. Oud o H. Scharoun formaron parte de ese colectivo de autores en los cuales adivinamos ya las principales corrientes de la arquitectura del Movimiento Moderno: el racionalismo, el funcionalismo o el minimalismo.

De aquel amplio conjunto urbanístico sólo se conservan intactas once edificaciones, ya que las restantes quedaron destruidas en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, como le sucedió a la vivienda diseñada por Gropius. De las conservadas, el grupo más amplio corresponde a las diseñadas por Mies van der Rohe, caracterizadas por sus amplias ventanas, y las cinco casas adosadas de J. J. P. Oud, que recuerdan vagamente a esas arquitecturas infantiles de madera con su combinación de líneas rectas verticales y horizontales. Permanecen también la casa levantada por H Scharoun, en la que podría llamarnos la atención el recurso a la línea curva en determinadas soluciones, y las viviendas diseñadas por Le Corbusier (hoy convertidas en museo del conjunto) en las que ya aparecen los elementos que poco después formularía en sus famosos cinco puntos de la nueva arquitectura.

.Superior: viviendas diseñadas por Mies van der Rohe. Inferior: viviendas diseñadas por J. J. P. Oud.

En definitiva, en la Alemania de la República de Weimar que se preparaba para asistir al progresivo ascenso del partido nazi, unos jóvenes arquitectos llegados desde distintos puntos de Europa dejaron evidenciadas las posibilidades de una arquitectura de vanguardia en la que se empleaba abundantemente la línea recta; se utilizaban materiales como el hormigón armado, el cristal, el acero y los elementos prefabricados y se apostaba por la amplitud de espacios, las fachadas simples y las cubiertas planas. Todo ello lo completaron además con novedosas propuestas de equipamiento y mobiliario doméstico. Todavía hoy la construcción bebe, en gran medida, de esas fuentes.

Aunque esté sólo en alemán e inglés, esta excepcional página Web recoge todo lo que hay que saber sobre Weissenhofsiedlung: textos, planos, fotografías y tour virtual. esta otra página alemana trata también el tema, con una ficha dedicada a cada uno de los 16 arquitectos. Finalmente, esta es la página oficial del Museo al que hemos aludido.

Izquierda: vivienda diseñada por H. Scharoun. Derecha: detalle de la terraza en la vivienda diseñada por Le Corbusier.

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Minggu, 07 September 2008

LA BOLSA DE BERLAGE

| Minggu, 07 September 2008 | 0 komentar

DE LA TRADICIÓN A LO MODERNO

Si el viajero llega a Amsterdam por tren, saldrá de la estación central y abocará una amplia calle que le conduce hasta el corazón de la ciudad. En su paseo, tal vez no preste atención a un edificio que se alza, enorme e imponente, a su izquierda. Se trata de la famosa "Bolsa", proyectada en 1903 por el arquitecto holandés Hendrik Petrus Berlage (1856-1934) y que allí conocen directamente con el nombre de "Beurs van Berlage", asociando para siempre el edificio con quien lo proyectó. Pero si el viajero es atento, quizás llamen su atención la austera fachada de ladrillo desnudo, la escasez de decoración, los amplios ventanales o la torre que remata uno de los lados de la construcción.

Berlage, que había estudiado arquitectura en Suiza, se formó dentro de las corrientes historicistas que imperaban en el panorama europeo en la segunda mitad del siglo XIX y en sus primeros años como profesional acusa también influencias del Modernismo. Sin embargo, a fines de la centuria lo encontramos trabajando en su estudio de Amsterdam, mostrando cada vez más interés por los nuevos materiales y por introducir en sus obras elementos de corte racional. Es en este contexto en el que decidió participar en el concurso para construir el nuevo edificio de la bolsa de Amsterdam. Y aunque no fue el ganador, resultó finalmente ser el arquitecto encargado de la construcción.

La "Bolsa de Berlage" es una significativa síntesis de las diversas tendencias que bullían en la mente del arquitecto. Una acertada mezcla de elementos formales de carácter tradicional con planteamientos de base racionalista, que anuncian ya el inmediato triunfo del Movimiento Moderno. Ello explica que algo tan tradicional como el ladrillo se convierta en el elemento básico de la edificación y que, al mismo tiempo, se huya de los excesos decorativos, dando al conjunto la sensación de desnudez y austeridad que tan bien lo caracteriza. Del mismo modo, la ordenación de la línea de ventanales y los hastiales lasterales en ángulo, que remiten a contextos industriales, contrastan con la presencia de arcos de medio punto (en algún caso con arquivoltas simuladas) o con la propia torre de esquina, una concesión a las arquitecturas medievales italianas.

Si el viajero decide pasar al interior de la Bolsa, se verá de nuevo sorprendido. Tras atravesar diversos espacios accederá a un amplísmo salón diáfano, de más de 20 metros de alto, con una cubierta de cristal a dos aguas sostenida por tirantes de hierro dorado que evocan arcos diafragmas. En los laterales hallará dos plantas, que se asoman al vacío central mediante balaustradas.

De esta forma el interior nos muestra con claridad la idea del arquitecto de dar prioridad al espacio y al volumen vacío, quedando la forma restringida a las paredes perimetrales del salón. Por todo ello, la Bolsa de Amsterdam es un ejemplo de primer orden acerca de cómo, a comienzos del siglo XX, estaban empezando a cambiar las concepciones arquitectónicas y se iniciaba el paso de la tradición a la modernidad, mediante la búsqueda de la funcionalidad de las formas. Hoy esta bolsa no cumple ya su antigua función y se ha convertido en un importante centro cultural. Seguro que a Berlage, que tenía ideas socialistas, no le hubiese desagradado.

Aquí teneís en inglés una biografía de Berlage y fotos de algunos de sus edificios más destacados. En la misma línea, podéis visitar también esta página. Por otra parte, si alguno sabe neerlandés (difícil empeño), la Wikipedia holandesa dedica al edificio una extensa información que no puedo valorar. Además, el centro cultural que se aloja actualmente en la antigua bolsa dispone también de su propia web, con muchas imágenes y un plano actualizado.

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