LA ESCULTURA GÓTICA EN ALABASTRO
Analizar la trayectoria de un artista como Gil de Silóe es una tarea llena de incertidumbres y situaciones contradictorias, porque mientras que de su vida son muy pocos los datos que podemos dar por seguros, de su obra nos han quedado, afortunadamente, numerosos testimonios. En cualquier caso estamos hablando de quien podemos considerar como el más importante escultor activo en la Castilla de la segunda mitad del siglo XV.
Gil de Silóe: "Virgen con Niño" (1486-1490). Sepulcros reales de la Cartuja de Miraflores (Burgos).
Gil de Silóe: "Virgen con Niño" (1486-1490). Sepulcros reales de la Cartuja de Miraflores (Burgos).
Ni siquiera conocemos con seguridad su nombre, que aparece recogido en las fuentes de diversas maneras, aunque sea ésta de Gil de Silóe la más conocida. Tampoco sabemos cuándo ni dónde nació, si bien de su estilo parece deducirse con claridad que no fue en Castilla, sino tal vez en alguna ciudad flamenca (hay quien defiende también un origen germánico) y que llegó a España, dentro de una amplia corriente que por la misma época trajo aquí a numerosos artistas del norte de Europa, cuando ya tenía dominado el oficio de escultor. Del mismo modo, tampoco se nos ha conservado la fecha de su muerte y en cambio no nos cabe duda de que él fue el padre de Diego de Silóe, arquitecto y escultor ya perteneciente al Renacimiento.
Gil de Silóe: "Sepulcros de Juan II de Castilla y su esposa, Isabel de Portugal (1486-1490). Cartuja de Miraflores, Burgos.
Silóe debió llegar a Castilla hacia 1480, asentándose en Burgos, ciudad en la que parece que residió durante el resto de su vida, mientras su prestigio creciente se extendía con rapidez por todo el reino, lo que explica que se le atribuyan algunas obras en Valladolid. Su estilo puede encuadrarse dentro de los últimos momentos de la escultura gótica, basándose en influencias flamencas, pero insensible todavía a las novedades renacentistas que en Italia estaban ya por entonces consolidadas. Además, el escultor contó entre su clientela con algunos de los personajes más importantes de la época, comenzando por la propia reina Isabel la Católica, para la que trabajó realizando la que sería probablemente su obra más destacada: los sepulcros reales y el retablo mayor de la iglesia de la Cartuja de Miraflores, en Burgos. Lo abundante de su producción indica además que debió contar con un importante taller en el que debieron colaborar con él otros artistas.
Gil de Silóe: Izquierda: "Sepulcro del infante Alfonso" (1486-1490). Derecha: "Retablo del altar mayor de la iglesia (1496-1499). Ambos en la Cartuja de Miraflores, Burgos.
Silóe trabajó indistintamente la piedra y la madera, pero fue empleando el alabastro donde obtuvo sus realizaciones más destacadas, en las que manifiesta el mismo interés por los elementos principales y los secundarios, una gran atención al detalle, hecho bien visible por ejemplo en los elementos puramente decorativos. Ya sabemos que es prácticamente imposible, pero bien podría decirse que Silóe, más que tallar el alabastro, lo moldea suavemente con sus propias manos, como si de barro se tratase. No obstante, los rostros de sus personajes (creados muchas veces para conjuntos funerarios) denotan poca expresividad.
Silóe trabajó tanto las esculturas de retablo como los conjuntos de carácter funerario y nadie con más mérito que él para que podamos atribuir a sus obras la denominación de gótico isabelino que a veces se emplea como denominación de las de este etapa. Desde el punto de vista técnico podríamos decir que el artista había alcanzado una completa perfección. Faltaba ya únicamente dar un paso más: hacer más verosímiles las creaciones escultóricas, recorriendo la senda del naturalismo y de la búsqueda de la expresividad. Pero eso ya correspondería al Renacimiento.
Gil de Silóe: "Santa Cena" (1496-1499). detalle del retablo de la Cartuja de Miraflores, Burgos.
Curiosamente, este blog español está dedicado por completo a Gil de Silóe, de quien no hay muchas más información en la Web.
Gil de Silóe: "Sepulcros de Juan II de Castilla y su esposa, Isabel de Portugal (1486-1490). Cartuja de Miraflores, Burgos.
Silóe debió llegar a Castilla hacia 1480, asentándose en Burgos, ciudad en la que parece que residió durante el resto de su vida, mientras su prestigio creciente se extendía con rapidez por todo el reino, lo que explica que se le atribuyan algunas obras en Valladolid. Su estilo puede encuadrarse dentro de los últimos momentos de la escultura gótica, basándose en influencias flamencas, pero insensible todavía a las novedades renacentistas que en Italia estaban ya por entonces consolidadas. Además, el escultor contó entre su clientela con algunos de los personajes más importantes de la época, comenzando por la propia reina Isabel la Católica, para la que trabajó realizando la que sería probablemente su obra más destacada: los sepulcros reales y el retablo mayor de la iglesia de la Cartuja de Miraflores, en Burgos. Lo abundante de su producción indica además que debió contar con un importante taller en el que debieron colaborar con él otros artistas.
Gil de Silóe: Izquierda: "Sepulcro del infante Alfonso" (1486-1490). Derecha: "Retablo del altar mayor de la iglesia (1496-1499). Ambos en la Cartuja de Miraflores, Burgos.
Silóe trabajó indistintamente la piedra y la madera, pero fue empleando el alabastro donde obtuvo sus realizaciones más destacadas, en las que manifiesta el mismo interés por los elementos principales y los secundarios, una gran atención al detalle, hecho bien visible por ejemplo en los elementos puramente decorativos. Ya sabemos que es prácticamente imposible, pero bien podría decirse que Silóe, más que tallar el alabastro, lo moldea suavemente con sus propias manos, como si de barro se tratase. No obstante, los rostros de sus personajes (creados muchas veces para conjuntos funerarios) denotan poca expresividad.
Silóe trabajó tanto las esculturas de retablo como los conjuntos de carácter funerario y nadie con más mérito que él para que podamos atribuir a sus obras la denominación de gótico isabelino que a veces se emplea como denominación de las de este etapa. Desde el punto de vista técnico podríamos decir que el artista había alcanzado una completa perfección. Faltaba ya únicamente dar un paso más: hacer más verosímiles las creaciones escultóricas, recorriendo la senda del naturalismo y de la búsqueda de la expresividad. Pero eso ya correspondería al Renacimiento.
Gil de Silóe: "Santa Cena" (1496-1499). detalle del retablo de la Cartuja de Miraflores, Burgos.
Curiosamente, este blog español está dedicado por completo a Gil de Silóe, de quien no hay muchas más información en la Web.
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