UN RETRATO DE GRUPO DE UN JOVEN REMBRANDT
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Rembrandt: "La lección de anatomía del doctor Nicolaes Tulp" (1632). La Haya.
El prestigioso doctor Nicolaes Tulp ha llegado a la sala. Ocupa el importante cargo de Praelector Anatomiae del gremio de cirujanos de Amsterdam. Es por tanto el primer anatomista de la ciudad. Va vestido de manera sobria y elegante al mismo tiempo y cubre su cabeza con un amplio sombrero. Ante un público diverso y que ha pagado su entrada, va a impartir una lección de anatomía sobre el funcionamiento de la musculatura del brazo y la mano, empleando para ello el cadáver de un peligroso criminal que ha sido ahorcado unas horas antes por sus delitos. Existe una costumbre en Amsterdam: los cadáveres de los delincuentes pueden ser aprovechados para estos menesteres y la ocasión no se da todos los días.
El anatomista se ha encontrado ya el cuerpo diseccionado por el antebrazo, de manera que sólo debe emplear unas pìnzas para impartir su lección. Asisten a ella, prestos a ver lo que hace el doctor Tulp, siete personas, cuyos nombres nos son conocidos porque figuran en el papel que muestra el personaje que aparece en el lado superior derecho. Ninguno de ellos lleva sombrero, lo que parece demostrar su menor importancia frente a la maestría de quien aparece retratado con esta prenda.


Este es el tema del impresionante cuadro que, dentro de unos días podremos contemplar en el Museo Mauritshuis, de La Haya. El primero de los grandes retratos de grupo pintados por Rembrandt, en este caso cuando sólo tenía 26 años de edad. Una obra de amplias dimensiones (1,6 por 2,16 metros) y sobre la cual existen (y, quizás existirán siempre) numerosos interrogantes. Por ejemplo: ¿son cirujanos todos los que aparecen como observadores de la lección?, ¿cuál es el título del libro que figura en el cuadro? ¿colocó Rembrandt el cadáver en la posición correcta o, por el contrario, forzó la postura? ¿por qué la disección comienza por el brazo y no por la cabeza o el tórax, como sería habitual? No importan todas estas preguntas sin respuesta. No cabe duda de que nos hallamos ante una de las más grandes obras de la pintura de todos los tiempos, como acreditan la composición piramidal de la escena, el interesante juego de claroscuros, los cruces de las miradas, la maestría en la pincelada o la enorme capacidad del pintor para lograr retratos que reflejen la psicología de los personajes.

Existen numerosas fuentes en Internet para acercarse a esta impresionante obra. Comencemos señalando lo que de ella se afirma en la web del Museo que la alberga (en inglés). En español, podéis leer la información de esta página y de esta otra. Finalmente, de nuevo en inglés, es interesante también esta opinión de un médico sobre el cuadro.
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